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El déficit de la vivienda en Cuba durará aún medio siglo (con mucha suerte)

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El déficit de la vivienda en Cuba durará aún medio siglo (con mucha suerte)

Abril 22, 2019 - 14:53

La opción del Estado omnipotente se agotó. La tragedia habitacional en Cuba imponen redefinir el derecho de propiedad como institución necesaria para el desarrollo e implementar las libertades para la participación del pueblo. Sin esas transformaciones el novísimo plan correrá la misma suerte de los anteriores.

"En Pinar del Río se incumple la producción de la mayoría de los recursos que demanda el programa de la vivienda, incluyendo los elementos de pared y de piso, la carpintería y los áridos"1. Esta información, aparecida en el diario Granma del pasado 8 de abril, ilustra cómo los incumplimientos en los planes de la economía cubana, por su reiteración, dejaron de ser noticia. 

Los planes

En 1953, entre los seis puntos a que se hubiera encaminado el gobierno revolucionario -dijo Fidel Castro en el juicio por el asalto al cuartel Moncada- el segundo lugar lo ocuparía el problema de la vivienda, al que calificó de tragedia2. En 1959, la llamada “batalla por la vivienda”, diseñada desde una visión monopólica y voluntarista, se propuso resolver el déficit habitacional mediante una secuencia de planes. 

En la década de 1960 a 1970 de un plan de 32 mil apartamentos anuales apenas se cumplió la tercera parte. Entre 1971 y 1980 de 38 mil no se llegó a la mitad. De 1981 a 1990 el plan de 100 mil no superó las 40 mil como promedio anual. En 1995 se sobrepasaron las 40 mil, pero en los años sucesivos descendió. Como resultado, los incumplimientos en esas cuatro décadas excedieron el millón de casas.

En el año 2005, un nuevo plan construir no menos de 100 000 viviendas nuevas por año se incumplió en el 2006, se rebajó a 52 mil en el 2007, edificó casi 45 mil en 2008, unas 34 mil en 2009; menos de 33 mil en 2012 y no llegó a las 26 mil en 2013. 

El novísimo plan de 2019

El ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña, admitió que la Isla padece un déficit de 929 695 viviendas y estimó su solución en diez años. Con ese fin el Parlamento aprobó la nueva Política Nacional de la Vivienda.

Para garantizar los materiales de construcción se había fundado el Grupo de Producción Local, creado el Programa de Producción Local y Ventas de Materiales de la Construcción, que involucra a todos los municipios del país3, y se elaboró un cronograma de fabricación de equipos y moldes que se supervisa semanalmente. Con esas condiciones se emprendió el “novísimo” plan para construir y reparar más de 100 mil viviendas anuales. 

Una fiscalización realizada en 65 municipios de 13 provincias arrojó: insuficiencia en la producción local de materiales; irregularidades en la calidad; inestabilidad en los suministros; incumplimientos en los cronogramas de ejecución; baja ejecución del programa de rehabilitación de edificios, impermeabilización y remodelación de cuarterías; inexistencia de control sistemático a los subsidios otorgados; poca disponibilidad de ventanas y puertas, vigas de techo, áridos, acero y cubiertas pesadas que afectan la terminación de las obras de subsidio. Hasta octubre de 2018 se dejaron de ejecutar unos 379 millones de pesos otorgados por concepto de subsidios4. A ello se añade que "casi el 60% de las casas terminadas están sin la certificación de habitable.5

Al informarse del retraso en su primer trimestre, el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, alertó que, "de mantenerse se acumularán atrasos que harían peligrar lo proyectado para el 2019". A pesar de ello, ratificó una vez más "que el eslabón esencial y actor más importante del modelo económico cubano está en la empresa estatal socialista, a la cual tenemos que darle un vuelco y potenciarla más"6.

Los ciclones

Como por Cuba transitan anualmente diversos fenómenos atmosféricos, entre ellos los temibles huracanes, los planes de la vivienda tienen que considerarlos. De 2001 al 2019 entre Michel e Irma Cuba fue azotada por 14 huracanes, la tormenta tropical Arlene y el tornado del pasado mes de enero. La cantidad de casas derrumbadas resultó mayor que el déficit existente antes de 1959, el cual, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, era de 700 mil viviendas.

Suponiendo que de ahora en lo adelante se construya a un ritmo sostenido de 50 mil por año -algo que no se logró en los sesenta años anteriores- la solución del déficit acumulado requiere más de 20 años. Si se añaden las necesidades que genera el crecimiento demográfico, los constantes derrumbes y el efecto de nuevos fenómenos atmosféricos, entonces se necesitaría más de medio siglo.

El pueblo

La incapacidad del Estado, demostrada en los incumplimientos, condujo a la idea de la “participación popular”. En 1971 se crearon pequeñas unidades de trabajadores que asumían la función de constructores: las microbrigadas. La vivienda terminada se entregaba en usufructo a los seleccionados, pero el experimento no arrojó el resultado esperado. Con la Ley 48 de 1984, se descargó la responsabilidad principal en la familia, pero sin dotarla de las condiciones y libertades imprescindibles.

La opción del Estado omnipotente está agotada. La experiencia nacional y foránea así lo demuestra. Se imponen redefinir el derecho de propiedad como institución necesaria para el desarrollo e implementar las libertades para la participación del pueblo. Sin esas transformaciones el novísimo plan correrá la misma suerte de los anteriores y Cuba inmersa en una mayor tragedia habitacional.

La Habana, 14 de abril de 2019
1 Comandante de la revolución Ramiro Valdés Menéndez. Granma, 8 de abril de 2019, p.2
2 Castro, Fidel. La historia me absolverá. Edición anotada. La Habana, 2008, pp. 48-49
3 Granma, 26 de diciembre de 2018, p.5
4 Granma, 18 de diciembre de 2019, p.2
5 Granma, 19 de marzo de 2019, p,3
6 Juventud Rebelde, 31 de marzo de 2019, p.2