El embargo: origen, consecuencias y posible solución
La 'culpabilidad' del embargo de EEUU sobre los fracasos del Gobierno cubano ha sido una estrategia constante para ocultar la inviabilidad del totalitarismo impuesto.
La "culpabilidad" del embargo estadounidense sobre los fracasos del Gobierno cubano ha sido una estrategia constante y presente en las intervenciones públicas de todos los funcionarios del régimen para ocultar la inviabilidad del totalitarismo implantado.
La primera visita de Fidel Castro al exterior, después de tomar el poder la realizó a Venezuela. Allí, el 26 de enero de 1959, en encuentro privado con el presidente Rómulo Betancourt, le sugirió el suministro de petróleo a Cuba, gratis o a bajo precio. Tres meses después en su viaje a EEUU, planteó: "Las puertas están abiertas a las inversiones privadas que contribuyan al desarrollo de la industria en Cuba. Es absolutamente imposible que hagamos progresos si no nos entendemos con EEUU". Fracasadas ambas gestiones, tres semanas después de su regreso, el 17 de mayo dictó la Ley de Reforma Agraria mediante la cual se expropiaron las extensiones de tierra superiores a las 30 caballerías. Como pago se estableció una indemnización en bonos de la Reforma Agraria por un término de 20 años. Esta ley, que afectó los intereses norteamericanos fue el punto de partida de las medidas y contramedidas que han trascendido hasta hoy.
El diferendo
En respuesta, el presidente Dwight D. Eisenhower decretó en octubre de 1960 un embargo económico parcial, y en enero de 1961 rompió las relaciones diplomáticas. Su sucesor, John F. Kennedy, convirtió el embargo parcial en total en febrero de 1962.
En medio de la Guerra Fría, por razones geopolíticas, la Unión Soviética procedió a comprar el azúcar que EEUU adquiría en Cuba y a suministrar petróleo a la Isla. En agosto de 1960 el Gobierno cubano expropió 26 grandes empresas norteamericanas. Y en octubre de ese mismo año nacionalizó las restantes 382 grandes empresas cubanas y extranjeras, y la red de bancos. En octubre de 1963, con una Segunda Reforma Agraria se redujo el límite de tierras a cinco caballerías y se estipuló una indemnización mensual de 15 pesos por caballería expropiada hasta un máximo de 250 pesos, a pagar con los llamados bonos de la Reforma Agraria.
La Constitución de 1940 en el Artículo 24 rezaba: "Nadie podrá ser privado de su propiedad sino por autoridad judicial competente y por causa justificada de utilidad pública o interés social y siempre previo el pago de la correspondiente indemnización en efectivo, fijada judicialmente"; y el Artículo 87 reconocía "la existencia y legitimidad de la propiedad privada en su más amplio concepto de función social". Esos artículos fueron reproducidos textualmente en la Ley Fundamental de febrero de 1959. Por tanto, las confiscaciones se ejecutaron al margen de lo estipulado constitucionalmente.
Como los conflictos externos tienden a desmovilizar los conflictos internos, el Gobierno cubano utilizó el diferendo para impedir el rearme de la sociedad civil, solapar la ineficiencia, y eludir cualquier compromiso con los derechos humanos.
El embargo en la ONU
Hasta 1992, gracias a las subvenciones soviéticas, aunque se culpaba al embargo estadounidense de los fracasos, fue objeto de burlas por parte de las autoridades cubanas. En ese año, tres décadas después de promulgarse la Ley del Embargo, fue que el Gobierno cubano, por vez primera vez, presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), una resolución condenatoria. Desde ese año hasta 2015 Cuba presentó 24 resoluciones. En 2016 EEUU e Israel se abstuvieron y el resto de los países votó a favor de la resolución cubana. Llegado a ese punto (el máximo posible al que se podía aspirar en la ONU, donde los acuerdos no son de obligatorio cumplimiento) se imponía enrumbarse hacia la negociación bilateral.
A diferencia de las diez administraciones norteamericanas anteriores, la de Barack Obama dictó seis paquetes de medidas: amplió los permisos de viaje, ofreció facilidades comerciales a empresas privadas y a pequeños agricultores, acrecentó el monto de las remesas y los donativos, expandió las exportaciones comerciales de bienes y servicios, y proporcionó telecomunicaciones comerciales y servicios de internet con precios más bajos. Esas medidas se reflejaron en el aumento de los viajes a Cuba, la llegada de cruceros, el reinicio de los vuelos, y facilitó las negociaciones con otros países. Si esa política no arrojó resultados fue porque el Gobierno de la Isla se limitó a permitir a los cubanos hospedarse en hoteles reservados para turistas, comprar computadoras, DVD y líneas de telefonía móvil, vender su casa o su auto, salir del país y permanecer hasta 24 meses en el exterior sin tener que pedir permiso al Estado. Medidas que no alteraban en nada las causas de la crisis y develaban el retroceso sufrido por Cuba sufrido en materia de libertades y derechos.
EEUU cambió su política, Cuba no cambió la suya, lo que se expresó nítidamente en las palabras de Fidel Castro en marzo de 2016: "Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del presidente de EEUU […] Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura […] No necesitamos que el imperio nos regale nada".
El noviembre de 2017 Cuba volvió a presentar ante la ONU un proyecto de resolución. En ese contexto Donald Trump, quien durante la campaña electoral había anunciado que revisaría la política establecida por Obama, firmó el "Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el fortalecimiento de la Política de EEUU hacia Cuba": prohibición de transacciones económicas, comerciales y financieras con empresas cubanas vinculadas con las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior; eliminación de los viajes individuales en la categoría de intercambios pueblo a pueblo; prohibición de viajar a Cuba fuera del marco de las 12 categorías autorizadas; oposición a las acciones que promueven el levantamiento del embargo; y condicionamiento de su suspensión a la realización de cambios dentro de Cuba.
En noviembre de 2023 la ONU aprobó la resolución número 31, con 187 votos a favor, votos contrarios de Estados Unidos e Israel y la abstención de Ucrania. El propósito de la insistencia: enmascarar la incapacidad del totalitarismo para sacar a Cuba de la crisis en que la introdujo.
Consecuencias y posible solución
Antes de 1959 la economía de Cuba era una de las más fuertes de la región, hoy se ubica entre las más pobres. Hasta 1958 aproximadamente el 70% de las exportaciones y las importaciones se hacían con EEUU. Ese mayoritario comercio exterior tuvo que desplazarse a miles de millas de distancia con países de menor desarrollo científico-técnico que EEUU.
Si el Gobierno cubano permitiera libertades a su pueblo para crear pequeñas y medianas empresas con personalidad jurídica, adquirir las tierras en propiedad, proscribiera los monopolios estatales de Acopio y Comercio Exterior, erradicara el apellido de Extranjera de la Ley de Inversiones y permitiera a los trabajadores contratarse y sindicalizarse libremente, el embargo perdería su razón de ser. Entonces, el Congreso norteamericano —no la ONU— procedería a su suspensión.
Un ejemplo de esa posibilidad es Vietnam, que después de la destrucción sufrida en la guerra con EEUU, en lugar de presentar resoluciones en la ONU y desarrollar campañas propagandistas contra el imperialismo, emprendió un programa de reformas basado en mecanismos de mercado que despertaron el interés y la responsabilidad de los vietnamitas y obligaron a EEUU a suspender el embargo.